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Garrido es uno de los barrios más antiguos de nuestra ciudad. A finales del siglo XIX, cuando el tren llegó a Salamanca, también lo hizo la necesidad de expandir la ciudad hacia el norte. Se proyectaron así varias manzanas que dieran cobijo a los trabajadores de la estación de ferrocarril, pero también obreros que no tenían cabida en el casco histórico de la ciudad. Manuel Garrido y Santiago Bermejo fueron los pioneros.
Tuvo la idea de construir las primeras casas en hilera a lo largo de una calle. Pero, como suele ocurrir, la historia sólo recuerda a los primeros, en este caso el primer fundador, Garrido, que da nombre al barrio. No obstante, para hacer justicia a su compañero, recientemente se renombró una calle como Garrido y Bermejo.
Como si de un puzle se tratara, se fueron rellenando con viviendas las parcelas libres durante la primera mitad del siglo XX. Casas bajas, muchas de ellas con su huerta particular, como si de un pueblo se tratara a las afueras de Salamanca. Porque entonces era el extrarradio de la ciudad, algo impensable ahora a diez minutos de la Plaza Mayor. Garrido Sur fue el cobijo del ‘boom’ demográfico que vivió la capital charra debido al éxodo rural. Y, ya en los años sesenta y setenta, la zona del ‘boom’ urbanístico. Las casas bajas (alguna queda aún de la época, como en las calles El Greco o Cabeza de Vaca) fueron desapareciendo para levantarse altos edificios cual cajas de cerillas. Los primeros moradores del barrio sucumbieron al avance de la especulación urbanística y cambió radicalmente la fisonomía. Eso sí, sus calles no fueron urbanizadas y asfaltadas hasta los años ochenta, dejando atrás barrizales y charcas en invierno, polvaredas en verano.
Estos nuevos edificios se pensaron también como zona comercial, de ahí que la mayoría de sus plantas bajas estén destinadas para locales. Pero no surgieron tantas tiendas como se pensaba y actualmente la mayoría de estos locales son garajes particulares. Y es que entonces no se tenía visión de futuro y no se construyeron garajes bajo los edificios, como en la actualidad. La expansión del automóvil, en la actualidad varios en una misma familia, hizo surgir el problema del estacionamiento, que todavía perdura. Demasiados coches para un espacio callejero tan reducido. Y más cuando ya en el siglo XXI se construyeron al lado los grandes almacenes El Corte Inglés, que trajeron consigo un lavado de cara para múltiples calles, algunas incluso reconvertidas a peatonales para favorecer los negocios hosteleros. Un progreso comercial que propició el avance urbanístico de Garrido.
Actualmente Garrido es el barrio más poblado de Salamanca y, por consiguiente, uno de los barrios con más ambiente y actividad. Sus parques, calles y negocios se encuentran con una gran afluencia consiguiendo que sea un barrio unido y familiar.
En él se encuentra la estación de tren, una gran cantidad de negocios y goza de una importante asociación cultural. Además se está reactivando la construcción de obra neuva, contamos ya con tres edificios de reciente construcción y otro cuya construcción se está llevando a cabo durante este año.